Madurar es tomar la SAVIA de la VIDA tal como es, sustancia hecha de tiempo que trepa desde la raíz para fortalecernos.
PSICOTERAPIA HUMANISTA
La psicoterapia humanista permite desarrollar un conocimiento más profundo de nosotros mismos mediante la experiencia directa de lo que somos. A través de esa vivencia personal, se facilita la toma de conciencia de lo que ocurre en el aquí y ahora, a nivel cognitivo, corporal y emocional. Este conocimiento nos ayuda a responsabilizarnos de nuestra propia vida, profundizando en nuestra libertad de elección.
La terapia es un proceso dinámico donde el terapeuta valora la intervención psicológica más adecuada en función de las necesidades específicas de cada caso, con el objeto de lograr una mayor eficacia. Diferenciándose entre terapias individuales, terapias de parejas, terapia familiar y desarrollo personal.
PSICOTERAPIA INDIVIDUAL
El objetivo es crear las condiciones para que la persona pueda desarrollar su propia autonomía. Ayudar a que encuentre los medios para resolver sus dificultades actuales y futuras con sus propias herramientas. Posibilitando que la persona se haga responsable de su propia vida.
La terapia psicológica individual se dirige tanto a JOVENES como ADULTOS, que presenten algunos de los siguientes síntomas:
TERAPIA FAMILIAR SISTÉMICA
La familia es el grupo de pertenecía más importante para nuestro desarrollo. Estamos unidos a nuestra familia por profundos lazos de amor y lealtad inconscientes. La tarea más difícil de la familia es ir “creciendo” a la vez que sus miembros, adaptándose a las nuevas necesidades, combinando el cuidado, el cambio y la individuación.
Con frecuencia los síntomas de un miembro de la familia expresan un conflicto de lealtades entre nuestro propio proyecto vital y la necesidad de cuidado y pertenencia al núcleo familiar. La terapia sistémica es beneficiosa cuando en la pareja o la familia estén presentes algunas de las situaciones siguientes: